jueves, 8 de octubre de 2009

La Eneida

Libro I

Juno, sabedora del destino de gloria que les viene a los troyanos – quienes fundarían el Imperio Romano-, intenta impedir que lleguen a Italia. Para ello pide a Eolo que con sus vientos, les haga naufragar. A cambio le ofrece una ninfa por esposa. Éste acepta y los troyanos terminan dispersándose en el mar. Neptuno percibe lo que Eolo ha hecho, y se siente injuriado, pues el océano es su imperio. Entonces ayuda a los troyanos a llegar a las playas de Libia, pero no llegan todos juntos, sino en dos grupos.
Mientras tanto, Venus, madre de Eneas, intercede por la suerte de los troyanos ante Júpiter. Éste le recuerda que el destino de Eneas es fundar Roma y que eso no cambiará. Predice, asimismo, algunas hazañas de los descendientes de Eneas y su hijo Iulo. Eneas se dispone a reconocer las tierras a las que ha llegado y se acompaña de Acates. Venus se le presenta bajo la figura de una virgen espartana y les informa que las tierras donde están son de la reina Dido. Su esposo Siqueo había sido asesinado por su hermano Pigmalión y entonces ella huyó y formó una ciudad en esas tierras que compró.Eneas se dirige a la ciudad y cuando llega ve a los compañeros que había perdido que también llegaron a pedir hospitalidad a Dido y que les ayude a buscar a su caudillo Eneas. Entonces éste se presenta y la reina Dido los acoge. Venus, buscando que Dido trate bien a Eneas, pide a su hijo Cupido que reemplace a Iulo y produzca en Dido amor por Eneas. Éste accede. En la reunión, Dido pide a Eneas que cuente sus desgracias
AUTOR: Carolus Castaño

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